Existe un lugar en este mundo donde se esconden tesoros, tesoros llenos de significados y que se nos presentan en forma de números y letras, de cuentos, de canciones y de dibujos. Millones de tesoros, de historias inimaginables, de mundos paralelos y también de grandes dosis de realidad, de hechos pasados, de personas extraordinarias y de sueños alzanzados.
Todos podemos acceder a este paraíso, está al alcance de nuestras manos, pero no todos somos capaces de apreciar su valor, de sumergirnos en él, de buscar, indagar, averiguar. Para muchos este lugar no es más que un simple recinto donde hay que guardar silencio, un simple espacio de consulta. Pero es mucho más.
Estos tesoros de los que os hablo son los libros, y el paraíso donde los podemos hallar, las bibliotecas. ¿Os imagináis la cantidad de historias que se guardan entre las paredes de una biblioteca? Puedes encontrar cualquier cosa, lo que sea, pero asusta. Cuanto más libros hay, te das cuenta de que sabes menos. Pero esa es la clave. Como dijo Socrátes: "Sólo sé que no sé nada".
Es imposible saber de todo, pero sí podemos intentar saber de algo, de lo que nos gusta, pero primero debemos asumir que no sabemos nada para así poder aprender. Creo que nadie duda que las bibliotecas son una gran fuente de conocimiento, pero yo, personalmente, las veo como un lugar de refugio y de paz. Cuando estoy en la biblioteca me siento tranquila, me sumerjo en la lectura que tengo delante y dejo que la vida pase.
A continuación os voy a enseñar algunas de las bibliotecas más bonitas del mundo. ¿A que son un auténtico paraíso?

Biblioteca del Monasterio de Wiblingen, Alemania

Biblioteca benedictina de la Abadía de Metten, Alemania

Biblioteca Sainte-Geneviève, París, Francia

Biblioteca de la Abadía de Saint-Florian, Austria

Biblioteca Di bella Arti, Milan, Italia

Anexo de la Biblioteca del Senado, París, Francia

Biblioteca de la Abadía de Saint-Gallen, Suiza

Biblioteca de la Abadía de Waldassen, Baviera, Alemania
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