miércoles, 31 de marzo de 2010

Los demás


A veces tengo la impresión de que la gente se aleja de mí. Cuanto más los necesito, más lejos y distantes están. Pero también me ocurre lo contrario: cuando se preocupan por mí o me dan cariño, los mandaría a tomar... En fin, que no siempre se tiene lo que se quiere.

Después de reflexionarlo, creo que es mi estado de ánimo el que altera mi percepción sobre los demás. Es decir, es mi mente la que hace que ellos se alejen o se acerquen. No todo es constane. ¡Qué aburrido si así fuera! La gente se levanta de diferente humor, con diferentes ganas de hacer cosas. Hay días nublados que nos parecen maravillosos, y otros soleados que nos parecen un horror. Pero así es la vida, a veces estamos arriba y otras, abajo.

Y qué difícil es mantenerse siempre arriba, pero debemos intentarlo. Hay muchas cosas que consiguen que saquemos una sonrisa, hasta en el peor momento: un chiste, la risa de un niño, un comentario gracioso, un beso o un simple mensaje en el móvil.

Y también hay momentos en lo que necesitamos la compañía de alguien en especial. No siempre podemos estar con quienes nos apetece. Tenemos que conformarnos con hablar por teléfono. Pero a veces me planteo: y si no estuviera,¿qué sería de mí? No puedo depender tanto, necesito estar a gusto conmigo misma, con independencia de las personas que me acompañen. Me resulta muy difícil estar bien sola, porque como dijo Aristóteles: "el hombre es un ser social por naturaleza".

No debemos depender de los demás, pero sí tener un punto de apoyo en ellos. Sin embargo hay gente que no se merece ningún tipo de apoyo, porque deberían haber pensado en las consecuencias antes de hacer ningún tipo de acción. Y si no que se lo digan a Jaume Matas.

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