jueves, 6 de mayo de 2010

¿Un abrazo al mundo?


Allí nos espera, con lo brazos abiertos pero con una piedra en la mano. En cualquier momento nos la tirará, y debemos estar prevenidos. El problema viene cuando nos confiamos, cuando creemos que lo que parece ser realmente es.

¡Qué equivocada estaba! Nada más lejos de la realidad. En cuanto pudo, me la lanzó. No me lo esperaba. Me quedé petrificada. Me comió la lengua el gato...o el golpe la razón. Tras unos segundos de dudas, tras unos minutos de llanto y tras unas horas de reflexión al fin reaccioné.

No voy a permitir que me pisotee, que me haga sentir inferior, que imponga su dictadura, que mienta y que, además, se haga la víctima. Lágrimas de cocodrilo. Y entonces pieno, "¿no puedo confiar en nadie?". Me vuelvo a mi caparazón, no permitiré que nadie vuelva a entrar, no dejaré que me hieran.

Perdono pero no olvido, pues quien me hace daño de verdad nunca volverá a formar parte de mi vida, nunca volverá a verme fuera del caparazón. ¿Será esta postura la adecuada o quizás espanto a los demás? Sea como sea, esta es la decisión que he tomado. No vuelvo a darle un abrazo al mundo.

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